Cambios y retos en el paso educación infantil a primaria para los niños
Cuál es el papel de los padres y de los profesores en este salto de nivel escolar
Se acerca el momento de iniciar una nueva aventura con el comienzo del próximo curso. Muchos preparativos por delante y situaciones novedosas para el alumnado, pero también para el profesorado y las familias. En este caso abordaremos el importante paso de la etapa infantil a la etapa de primaria para los niño. Y digo importante porque existen aspectos que iremos analizando y detallando con el fin de colaborar en todo lo posible en la formación de los más pequeños.
El papel de profesores y padres en el paso de educación infantil a primaria
Es fundamental aunar fuerzas y trabajar en equipo con el fin de lograr una transición natural que facilite la adaptación progresiva del alumnado al nuevo curso académico que está a punto de iniciarse.
Por parte de los docentes es fundamental anticiparle al alumnado todo aquello que pueda resultar nuevo en la etapa primaria. Debemos aprovechar para enseñarles los espacios que van a utilizar (las aulas de primaria, el patio de 'los mayores', la biblioteca…). También es recomendable programar actividades donde participen alumnado de infantil y de primer nivel de primaria, para familiarizarse con los materiales que usan, la organización del aula, los espacios o rincones de trabajo, etc.
Una vez comenzado el curso, es primordial mantener todas aquellas rutinas instauradas en el aula: comenzar con asamblea, fomentando la expresión oral, recordando la fecha en el calendario, permitiendo un tiempo de juego libre y también de juego dirigido, etc. Mantener estas cuestiones, que proceden de la etapa infantil, permitirá que la adaptación sea más sencilla y cómoda para todos.
En el caso de las familias, es entendible que exista cierto nerviosismo o preocupación por este comienzo tan importante en la vida de sus hijos. Sin embargo debemos intentar no trasladar nunca a los niños una sensación de miedo o preocupación excesiva, pues no beneficia a unos ni a otros. Se trata simplemente de un nuevo curso, con distintos materiales, distinto profesorado en muchas ocasiones y con la introducción de más carga de trabajo (siempre adaptado al alumnado, con un ritmo muy correcto y adecuado) que no supondrá ningún obstáculo insalvable para los más pequeños.
Por la edad con la que acceden a primero de primaria, se trata de alumnos con dificultad para expresar sentimientos con facilidad, con un nivel de creatividad e imaginación muy elevado, iniciando el razonamiento lógico y un nivel de egocentrismo muy importante. Todo ello debe ser comprendido por padres y docentes como el punto de partida para saber trabajar con ellos entendiendo la fase en la que se encuentra su evolución natural.
Los cambios más significativos de infantil a primaria para los niños
Para que todo este proceso resulte más sencillo, os facilitamos una serie de pautas a tener en cuenta para saber qué esperar, tanto los padres como los niños, en el paso de infantil a primaria:
1. Trabajar el respeto a unas normas, conocer los límites de sus actos y trabajar la resolución de conflictosEn este sentido, es fundamental que los niños comprendan lo que implica ser responsable, tanto en el trabajo diario como en su tiempo libre. Para ello es importante que sean ellos quienes asuman sus errores, siempre con el acompañamiento de los adultos y nunca a través de la imposición o convirtiendo los errores que comentan en algo negativo. La resolución de conflictos es interesante abordarla, pues trabajamos el diálogo, la empatía y la educación en valores.
2. Trabajar aspectos como la atención y la concentración
En el paso a primaria, que requiere más implicación para trabajar, es destacable el hecho de fomentar las rutinas de pensamiento, la reflexión y la atención. Para ello se puede recurrir a juegos de habilidad o de mesa que impliquen el uso de estrategias de pensamiento que fomenten y posibiliten una mejora de la atención. Están en una edad (5 ó 6 años) en la que se dispersan con mucha facilidad y en la que no basta con reclamar la atención de los pequeños con expresiones como 'Atiende', 'Piensa' o 'Escúchame bien' sino que requiere una constancia que puede lograrse mediante pequeños juegos que faciliten ese tiempo de reflexión y de calma.
En el paso a primaria, que requiere más implicación para trabajar, es destacable el hecho de fomentar las rutinas de pensamiento, la reflexión y la atención. Para ello se puede recurrir a juegos de habilidad o de mesa que impliquen el uso de estrategias de pensamiento que fomenten y posibiliten una mejora de la atención. Están en una edad (5 ó 6 años) en la que se dispersan con mucha facilidad y en la que no basta con reclamar la atención de los pequeños con expresiones como 'Atiende', 'Piensa' o 'Escúchame bien' sino que requiere una constancia que puede lograrse mediante pequeños juegos que faciliten ese tiempo de reflexión y de calma.
3. Reforzar la lectura
Muchas familias se preocupan, en ocasiones en exceso, cuando sus hijos no saben aún leer. No es correcto ni recomendable asociar el saber leer con una edad en concreto. Cada niño tiene una madurez distinta a la hora de adquirir dicha habilidad y es necesario dar margen de tiempo prudente al respecto. Si las familias quieren reforzar la lectura bastará con ir leyendo todo aquello que rodee a sus hijos, dentro de su entorno más cercano. Desde una etiqueta del envase de una botella de zumo hasta la carta del restaurante. Más adelante iremos cogiendo pequeños libros y haciendo que se familiaricen con ellos. Es decir, fomentar la fluidez lectora de forma paulatina, pero constante, y sin obsesión ni miedo si vuestro hijo presenta dificultades.
Muchas familias se preocupan, en ocasiones en exceso, cuando sus hijos no saben aún leer. No es correcto ni recomendable asociar el saber leer con una edad en concreto. Cada niño tiene una madurez distinta a la hora de adquirir dicha habilidad y es necesario dar margen de tiempo prudente al respecto. Si las familias quieren reforzar la lectura bastará con ir leyendo todo aquello que rodee a sus hijos, dentro de su entorno más cercano. Desde una etiqueta del envase de una botella de zumo hasta la carta del restaurante. Más adelante iremos cogiendo pequeños libros y haciendo que se familiaricen con ellos. Es decir, fomentar la fluidez lectora de forma paulatina, pero constante, y sin obsesión ni miedo si vuestro hijo presenta dificultades.
En definitiva, la transición a primero de primaria debe ser tranquila, manteniendo rutinas de trabajo y de juego que permitan desarrollar a los niños las habilidades que irán madurando y asumiendo con mayor autonomía durante su adaptación a la nueva aventura que les espera.
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